
Vecinos de la Arrigunaga, denuncian el "exceso de todo" que sufrieron en la noche de San Juan, que además de la gran cantidad de fogatas, tuvieron exceso de gente, de alcohol, peleas, gamberradas y destrozos, todo gratuito y sin control.
Pero esto no es nuevo en Algorta, si analizamos los días festivos en el barrio, podemos sacar una conclusión sobre todas las demás y la cual esta desnaturalizando una forma de disfrute de la calle.
Normalmente, este barrio nos permite disfrutar de la calle y del ambiente de las cuadrillas, podemos tener la seguridad que nos dan las zonas peatonales y el paseo para disfrutar de una conversación tranquila mientras los enanos corren entre nosotros. Pero por suerte, por educación o por cambio de formas de ocio, los días de fiesta cada vez son menos animosos para disfrutarlos en el barrio, te planteas huir para no ver.
Puede que necesitemos un nuevo modelo festivo acompañado de medidas contra el mal del botellón, con las que podamos seducir a los jóvenes hacia una fiesta diferente. En este barrio, llevamos unos años en los que las fiestas, se cubren con botellón desde horas muy tempranas, pero lo peor es la edad de los botellóneros y los problemas sociales que se generan y generan al entorno, además de los destrozos, suciedad, peleas, robos y accidentes, nos encontramos con un altísimo numero de asistencias medicas por los problemas derivados del alcohol.
Si, sinceramente, nos asustamos de la cantidad de ambulancias que acuden a las fiestas y salen pitando con las luces dirección cruces. Nuestros jóvenes tienen como misión cocerse durante las primeras horas de la tarde para buscar algún tipo de experiencia extrasensoria, la desgracia es la edad, por ser en su mayoría menores de edad y la velocidad con la que se ponen al empeño de subir sus porcentajes de alcohol en sangre.
Además de esta invasión con la excusas de la fiesta, nos encontramos con el tema de las cada vez más conocidas peleas en avalancha, en la cual participan personas violentas ayudadas por la cantidad de borrachos eufóricos que se dan en todas las fiesta, y que a la voz de "a por el " aglutinan una jauría sin referentes ni control de las consecuencias.
En las fiestas, generalmente hemos bebido mucho, pero ese mucho era espaciado entre todo el tiempo que podíamos mantener la camisa limpia, sabíamos como andaba la cosa por el numero de manchas y el numero de pegatinas en nuestra "ropa de combate", ahora, no hay de eso, nos encontramos con crías menores de edad que acuden a unas fiestas con un cinturón ancho, zapatos de hipertacon y una botella de algun tipo de licor dulce, es verlas y subirme un escalofrió por la espalda, que después me da una pena horrible, los chicos llaman menos la atención, y aunque es machista, los perros no comen perro.
Concretando en las fiestas y aunque algunos amigos se enfaden, las tardes de paellas son infames y la imagen que damos los mayores, patética. Lo que aprovechan los menores para justificar su botellón. Si pasamos a los carnavales, aquí podemos distinguir dos días y dos formas de actuar, de los dos fines de semana, uno es en el que mayoritariamente participan los vecinos de Algorta disfrazados y el otro, en el que nos invaden toda una críalada botellónera que estuvo en Deusto el fin de semana anterior. El primer día fenómeno, salimos disfrazados, tomamos potes, botellonean los chavales del pueblo pero no tememos las consecuencias de las hordas que se acercan en el metro. El siguiente fin de semana, si sacas la cabeza por la ventana sobre las siete y después de ver que el portal de la comunidad sigue teniendo los cristales y que las meadas solo están en la entrada, puedes asustarte pensando en la capa blanca que cubre las calles y no es nieve, son los vasos y las botellas, sabes que será una noche de intranquilidad, de tensión, de desconocer las consecuencias.
En las fiestas de Iñaki Deuna o San Ignacio, es parecido, las fiestas y su programa, están montadas para ser disfrutadas por las noches y con el objetivo de recaudar en la diferentes txoznas, programando verdaderas cutrezes para todo lo que no sea horario de recaudación txoznera. Pero hasta el botellón merma este antiguo sistema "festivo financiador de diferentes actividades", que sirvio para otros tiempos de fiesta en los que no teniamos ni pasta para nada.
Y la reflexión debe ser sencilla y transparente, ¿qué fiestas queremos para todos nuestros vecinos?. Jodido, hay que ponerle el cascabel al gato y enfrentarse a esa parte de gente que dice representar a todo el pueblo con el zafio argumento de las "comisiones de fiestas". Algunos nos acordamos de las ultimas fiestas, de la tranquilidad, de ver a los conocidos, de no tener la bestialidad de botellón de carnavales, de la normalidad de la noche, la razón de una noche de fiestas mas normal para los del pueblo, que no teníamos metro, varios días antes una estampida incontrolada nos dejo sin estación, pero nos permitió ver como podían ser unas fiestas con menos gente y menos botellón.
Sinceramente yo quiero eso, menos gente, menos mamadas, menos botellón, menos traslados en ambulancia, menos ejemplos negativos y unas fiestas más para todos y durante todo el día, unas fiestas que no solo miren y se organicen hacia los favores económicos hacia las txoznas. Y una mayor participación de las cuadrillas de las txoznas en las fiestas, y no solo organizando el programa, participando como animadores de actos y con la obligatoriedad de participar en la bajada de cuadrillas y no con una comparsa contratada, que se ayude a las cuadrillas en los gastos de los disfraces que animan las calles, aumentar las actividades para los jóvenes en concursos con regalos dignos, vamos, unas fiestas que no estén montadas para que unas txoznas saquen tela y los jóvenes justifiquen su orgasmo botellónero que nos genera las consecuencias que todos sufrimos, conocemos y tememos.
Otras fiestas que no obliguen a las cuadrillas a montar una txozna como forma de subsistencia, una participación en el programa como cuadrillas y que esto genere un aumento de ayudas en el presupuesto anual, para luchar contra un modelo des educador y que nos da las consecuencias que todos vemos y en las que todos hemos tomado parte de alguna manera y que será lo que nuestros jóvenes asuman como normal y que no es ni bueno ni normal.
"No digo que no sea difícil,muy difícil"