22 enero 2008

Las virtudes y la caverna

Platón definió las herramientas de los hombres, el intelecto, la voluntad y la emoción.

La virtud de lo racional es la prudencia, la de lo irascible es la fortaleza y la del deseo es la templanza. La cuarta, que es también la virtud más importante de todas, es la justicia, que nace cuando cada una de las partes del alma cumple bien su tarea y viene a ser así una virtud rectora encargada de cohesionar las otras tres.

El cristianismo, añadió las virtudes teologales, derivadas y complementadas de las anteriores. La Fe, la Esperanza y la Caridad; de ellas y para ellos, la más importante es la caridad.

De la aplicación del mito de la caverna de Platón, podemos entender que la Iglesia tutela y se enfrenta al racionalismo salido del intelecto, mirar la palabra de Dios dicha y escrita por las autoridades adecuadamente capacitadas por ellos mismos, los cuales niegan las palpables demostraciones de los que consiguieron romper las cadenas, salir de la caverna conociendo otras enseñanzas para entender otras realidades diferentes a las ofrecidas por las sombras, las cuales les limitan en su voz. Esas que por la insistencia vehemente, más allá de la demostración de los hechos. Actúan de cierta manera, esperando que la repetición cause efecto en las condiciones como todo lo bueno y limitados en la esperanza, la misma, que deja al otro, al mejor, al superior la solución de sus dramas. En su definición “virtud infusa que capacita al hombre para tener confianza y plena certeza de conseguir la vida eterna y los medios, tanto sobrenaturales como naturales, necesarios para alcanzarla, apoyado en el auxilio omnipotente de Dios". Y como pago, la caridad como justificante humano, dar a los demás como forma de encontrar el perdón de uno mismo, pudiendo ser verdadera, cuando lo hacemos quitando de nuestras necesidades y farisea cuando damos de lo que nos sobra y cumplimos la letra pero no el espíritu de la verdadera caridad.

Según el Catecismo, las virtudes teologales se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen a Dios uno y trino como origen, motivo y objeto. Fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano. Informan y vivifican todas las virtudes morales. Son infundidas por Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna. Son la garantía de la presencia y la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser humano. En resumen, es la pared hacia la que miran los que están en la caverna, recibiendo las imágenes de las sombras con la luz de la hoguera.

Pero en política, buscando cuales pueden ser las virtudes, y aportando otras a la dicha por Joseba Egibar, deberíamos sumar las que aprendí de un párroco de Algorta.

Definir cuales deben ser las virtudes de la política. Es una ecuación simple y con un resultado inapelable, entre ellas la utilizada por Joseba y para ser completada, añadimos.

Reciprocidad. Correspondencia mutua de una persona o cosa con otra.
Justicia. Derecho, razón, equidad.
Legitimidad. Cualidad de Legítimo

De la suma de estas tres, nace la democracia.

reciprocidad + justicia + legitimidad = democracia


21 enero 2008

Vídeo de la última salida de la cuadrilla



La última salida que hicimos la “cuadri” en vacaciones, fuimos a la playa y como sabíamos que nos costaría aparcar, montamos un trasporte publico para todos.