03 enero 2009

Sábado 3 de Enero, todo sigue igual

Inauguramos el año con la resaca de los cristales rotos y las patéticas justificaciones, ¿alguien esperaba algo diferente?, imposible.
El lehendakari nos emplaza al 1 de Marzo y los PSOE y PP protestan por la coincidencia con las elecciones Gallegas, otras justificaciones patéticas.
Vendrán las elecciones, algunos nos jugaremos la forma de construir una nación, los otros pretenderan ganar para gestionaran una comunidad autónoma dentro de su estado y los otros, nos dirán que quieren elegir una nación, mientras llevamos haciendola tres decadas con los enemigos de dentro y de fuera.
En la tierras de portales y reyes magos, Israel con su patética justificación, sigue masacrando Palestina, un estado que actúa como una banda de vengadores por unos cohetes de bastante baja intensidad, haciendo retroceder decadas a los sufridos palestinos con un simple paseo de sus modernos aviones de combate.
Mientras los cubanos en el poder celebran su revolucion, una revolución mantenida bajo el verde militar de los Castros. Otra dictadura que no respeta ni la opinión, ni la libertad de hombres y mujeres mantenidos en campos de concentración y hospitales psiquiátricos por tener conductas sexuales poco castristas. Pero con la excusa del bloqueo en la isla vale todo y manteniendo el escudo contra el sistema consumista americano dejan abierta la puerta al dragon rojo.
Como asombro, hoy en Bilbao, patrocinado por el Gobierno Vasco, Diputación algún ayuntamiento pagan la propaganda en el metro. Se celebran los 50 años del inicio de una revolución castrada y justificada en el verde caqui por el bloqueo comercial americano y e lbloqueo de los militares revolucionarios, pero para tener una verdadera opinon solo hay que visitar Cuba para que los ciudadanos, en privado y con mucha prudencia te cuenten su verdadera opinión y los recuerdos de todos aquellos muertos y desaparecidos despues de 50 años de militares por la gracia de los campos el mar y las guerras en Africa.
Viva la Cuba libre y la utopía por construir.
Viva Marti