La reina Margarita de Dinamarca ha entregado personalmente al presidente del parlamento groenlandés el nuevo Estatuto de Autonomía del territorio. Fue aprobado en referéndum el pasado mes de noviembre.
Su entrada en vigor este domingo abre las puertas de la independencia a esta inmensa isla noratlántica de 57.000 habitantes y más de 2 millones de kilómetros cuadrados que ha estado bajo dominio danés desde hace casi 300 años.
El nuevo estatuto amplía las competencias del gobierno y reconoce a los esquimales, la mayoría de la población, el derecho de autodeterminación. Y eso es lo que ha defendido a capa y espada durante años el flamante presidente groenlandés, el independentista Kuupik Kleist.
Sin embargo, tras su llegada al poder, Kleist ha dejado en un segundo plano las aspiraciones soberanistas para consagrarse a resolver los graves problemas sociales y económicos que atraviesa el territorio. La pesca, principal fuente de ingresos de Groenlandia junto a las subvenciones estatales, está en franco declive. El nuevo estatuto le brinda una tabla de salvación al permitirle explotar los inmensos recursos mineros y petroleros que yacen en el subsuelo de la isla.