Las estrellas en el firmamento brillan desde hace miles de años, hoy son las mismas pero nuestra luz cubre su brillo. Pero en este territorio peninsular la cosa cambia, mientras en décadas pasadas, el firmamento se llenaba con los cúmulos de estrellas de la Coplistas, hoy nos llenan los programas televisivos con las efímeras desgracias y decadencias de estos mitos.
Pero en las décadas mas cercanas y en sustitución de los cúmulos coplistas, los gobiernos dieron cancha a la nueva nebulosa que nos llenaría de democracia vista desde su particular telescopio, descubrieron la Audiencia Nacional, como sabemos, las nebulosas son los lugares donde nacen las estrellas por fenómenos de condensación y agregación de la materia de los restos de estrellas ya extintas.
Este es un espacio presente en la vida de los vascos, en el se juntan lo mas rancio de esas estrellas extintas del regímen con lo mas jacobino de la generación de la pana, siempre observándoles en una pelea indisimulada semejante a la de los dioses griegos, para terminar con el conocido ,"Y yo mas", saturando las ejemplarizantes tertulias del TDT.
En estas llevamos dos días soportando las felicitaciones de aquellos que nos dicen que tenemos una buena justicia por demostrase con el caso Egunkaria que los que eran inocentes, se mantiene inocentes,por sentencia judicial después de 7 años, después de torturas, de vejaciones, de cierre de periódicos, de paro, de perdida de medios de comunicación en euskera y sobre todo la muerte y escarnio de un hombre como Martin Ugalde, ejemplo de persona al que entre todos los jueces no alcanzarían ni ética ni humanamente a la sombra de sus alpargatas.
De tanto contagio de felicitaciones, estaba por celebrarlo, pero por desgracia vinieron y nos "jodieron" la fiesta, siempre los mismos. Hoy se nos estremecen las carnes al conocer como un juez "ejemplar" como Garzón, es encausado por juzgar el franquismo que durante tantos 40 años se llevo miles de vidas por no decir otras.
Y en estas, aquí estamos, con las turutas caídas y el champú sin abrir, todo por un juez estrella, caído del firmamento y al que hoy los sindicatos mayoritarios de la cosa española le organizan un acto de desagravio por ser victima de su misma madera cúmular.
Hoy guardo mi turuta para recordar a las victimas de la guerra que pusieron sus esperanzas en un juez como Garzón, ese que mantenía el lema de "todo es ETA", dejo la celebración para recordar al gran Martin Ugalde y dejo la alegría para recordar como otros vascos han padecido la injusticia deshumanizada de esas estrella que viven en el cúmulo de la Audiencia Nacional, lo dejo para recordar y sin olvidar la ultima victima de esta casta del estado, Gorka Agirre Arizmendi.